Aprende cómo planificar, ejecutar y automatizar una campaña de marketing directo postal moderna. Te explicamos los costes, tiempos y cómo medir resultados igual que en digital con Posthero.
El marketing postal vuelve a estar sobre la mesa. En un momento en el que las bandejas de entrada están saturadas y los clics son cada vez más caros, las marcas que buscan resultados tangibles vuelven al canal más físico, directo y medible: el correo postal.
Pero no hablamos de folletos genéricos como en los 90, sino de campañas postales modernas, personalizadas y automatizadas, integradas con tus flujos digitales.
A continuación te explico cómo planificar una campaña de marketing postal paso a paso, con costes y tiempos reales, y cómo hacerlo de forma automatizada con Posthero, la plataforma que convierte el correo físico en un canal tan medible y eficiente como el email marketing.
Una campaña de marketing postal forma parte del marketing directo postal, una estrategia que consiste en enviar piezas físicas personalizadas —como postales, cartas, folletos o catálogos— a un público definido para provocar una acción: una compra, una visita, un registro o una reactivación.
A diferencia del correo masivo de antaño, el marketing postal moderno combina la precisión digital con el impacto físico. Gracias a la integración con CRM, ecommerce o plataformas de automatización, puedes enviar una postal al cliente que abandonó el carrito, reactivar suscriptores inactivos o agradecer una compra de alto valor.
Se trata de un canal físico y medible, que complementa perfectamente lo digital, y que sigue demostrando tasas de conversión muy por encima de los canales saturados.
Si quieres ver cómo otras marcas lo están aplicando, te recomiendo estos artículos de referencia:
En 2025, el correo físico sigue funcionando porque ofrece algo que el digital ha perdido: espacio, atención y confianza.
En nuestra experiencia en Posthero, cuando una marca integra el canal postal como parte de su estrategia omnicanal, el coste por adquisición baja y la tasa de retención mejora significativamente.
El marketing postal requiere planificación, pero no es complejo si sigues una estructura clara.
Aquí tienes el proceso, paso a paso, con costes y tiempos reales orientativos:
Decide qué buscas: vender, reactivar, agradecer o fidelizar.
Tu mensaje y formato cambiarán según la fase del cliente.
Ejemplo: enviar una postal personalizada tras la primera compra (objetivo: retención).
Cada formato tiene un propósito y un coste distinto:
El diseño debe reflejar la identidad de marca y contener una llamada clara a la acción (CTA).
Incluye un QR o enlace personalizado que permita medir visitas o conversiones.
Consejo: menos es más. Una imagen clara + una propuesta directa = más impacto.
El éxito depende de a quién escribes.
Puedes usar tu CRM, lista de clientes o leads inactivos.
Si no dispones de datos físicos, plataformas como Posthero te ayudan a enriquecer y validar direcciones postales automáticamente.
Aquí entra en juego el proveedor. La calidad del papel, la impresión y el acabado influyen directamente en la percepción del cliente.
En promedio, la producción completa (incluido envío) cuesta entre 0,30 € y 1,20 € por pieza dependiendo del volumen y del formato.
Una vez impreso, se lanza la campaña.
Puedes medir resultados con enlaces, QR, códigos o respuestas.
El retorno medio de una campaña bien segmentada suele estar entre 3x y 10x respecto al coste invertido.
Hasta hace poco, todo este proceso era manual. Hoy, con Posthero, puedes automatizar toda la cadena del marketing postal igual que harías con una campaña digital.
Posthero conecta tu CRM o ecommerce (Shopify, HubSpot, ActiveCampaign, etc.) y te permite:
En nuestra experiencia, las marcas que integran Posthero en su estrategia consiguen hasta un 25% más de conversiones en flujos de reactivación y un 40% de mejora en retención al combinar digital + físico.
El marketing postal ya no es lento ni costoso: es preciso, automatizado y rentable.
El marketing postal ha vuelto, y no por nostalgia, sino por eficacia.
En un entorno saturado de impactos digitales, el correo físico ofrece un canal tangible, personal y medible, capaz de destacar y generar confianza.
Planificar una campaña postal es más fácil de lo que parece: defines objetivo, eliges formato, diseñas tu pieza, preparas tu base de datos y lanzas. Y si lo haces con herramientas como Posthero, puedes automatizarlo y medirlo igual que un email.
El resultado: una estrategia omnicanal más completa, clientes más fieles y un canal que —por fin— no compite con los demás, sino que los potencia.
¿El siguiente paso?
Haz tu primera campaña y comprueba por ti mismo lo que un envío físico puede hacer por tu marca.
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